sábado, 7 de febrero de 2009

La Caida

Esta semana, y por primera vez en mis 25 años de vida (purque estoy que cumplo el cuarto de siglo) me he visto en la penosa obligacion de usar muletas. Debido a un partido de futbol en el que conspiraron mi torpeza y la fuerza de la gravedad, mi tobillo derecho esta hecho un desastre. Esto poco me ha molestado, hasta cierto orgullo tengo de que estoy mas deportista que nunca en mi vida. Sin embargo la ecuacion se complica al agregarle la variante de las muletas.

Resulta que manejar este instrumento tan antiguo como las caidas mismas, requiere de una alquimia equilibristica hasta ahora desconocida para mi. Con dificultad y mucho cansancio, los primeros dias apenas podia dar un par de vueltas en mi casa y reptar cortas distancias intentado mantener mi cuerpo en su lugar a falta de mi punto de apoyo basico. Es mas dificil de lo que parece.

Aunque esto es casi una cronica de una caida anunciada, la de hoy fue rara. He estado ad portas del suelo mas veces en los ultimos 4 dias que en el resto de mi vida. Me cuesta sobremanera hacer lo que hago sin lo que lo hago, y esos incomodos palos metalicos tienen mis axilas en camino a una huelga generalizada. Hoy, Arias cae por tercera vez, aunque menos glamoroso que cristo.

Estaba con una amiga en el centro comercial El Tesoro comiendo algo, para despues comprar una chaqueta de cuero (prenda imposible de encontrar en el mercado nacional) y despues de una buena hamburguesa, me diriji a uno de mis pocos pecados dulces: un mimo con crispy y chocolate. Es de los pocos postres que no perdono.

Ya lleno, en mi letrago fisiogastronomico me arrastraba hacia mimo's cuando tuve un momento matrix: La muleta, poco antes sujeta a mis rabiosas axilas se deslizaba cuan bailarina del hielo sobre un extenso charco oculto por una de las mesas del local. Mi pierna enyesada se dirigia hacia adelante mientras que el torso tomaba una ruta opuesta, ante lo que mi pie izquierdo, siempre torpe, no pudo tomar partido. Segundos depues, tenia una pierna adelante, estaba boca arriba y descansaba sobre mi pie izquierdo queen ultimas solo se doblo y se quedo donde estaba. Fue en camara lenta, alcanzaba a ver con precicion cinematografica a un presentador de Noticias RCN que hacia fila frente a mi (me deberia sacar en el caza noticias, jaja), vi una mona muy alta pasar, y una niña de tacones rosados que parecian sacados de una pesadilla de un buen diseñador.

El momento Matrix paso y ya estaba tendido en una posicion que parecia sacada de un kamasutra para gimnastas olimpicos, y no se bien como sostenia aun mis muletas. Mi acompañante, mas elevada que nadie, hacia la fila como si nada. Dos señores se pararon de sus mesas a ayudarme, pero me toco decirles que esperaran, tenia que sacarme la pierna de la espalda. Una vez esta volvio adelante, pude pararme ante la mirada de todos los presentes (incluido el Caza noticias) que no entendian como se habia caido ese tipo de muletas. Ahi movieron una mesa, y pum, tremendo charco.

De todo lo que pasa por mi inquieta cabeza ante todo, lo primero que pense fue ¡demonios! ¿esto por que no me pasa en un casino en las vegas? ya tendria tres abogados para ayudarme a demandar. Despues, toda la parafernaria del asunto: vigilantes, vigilante de chaqueta y placa, vigilante de revolver, señor del aseo, señora del aseo, y representante del centro comercial.

El segundo damnificado por el daño, fue el señor de oficios varios, al que regaño el tipo que tenia 2 walkie talkies. Despues, excusas del centro comercial y ya me iban a mandar ambulancia y todo. Yo me comi mi mimo con tranquilidad y un poco de rabia, y mas bien deje las cosas quietas y me fui para levi's por mi chaqueta. En el camino, casi me estrello otras tantas veces, me tocaba esquivar gente, hacerme a un lado o quedarme quieto para dejar pasar a algun apurado comprador en compañia de alguna chica siliconuda.

Y yo venia como aburrido. A mi llegada me toco parquear lejisimos, porque no habia parqueaderos para discapacitados, me toco muletear mucho y subir 3 pisos, que son 3 papayazos para la gravedad y mis muletas. Encima la caida en media zona de comidas, como odiaba al centro comercial. Y la gente, que ni mira, y si te distraes te llevan por delante. Que mierda.

Ya estoy en mi casa, mas tranquilo, pero desde aqui, con mis traicioneras muletas, veo lo incultos que somos con los discapacitados. No se respetan sus espacios de parqueo, no se les ayuda, no se les determina. Yo al menos soy solo un baboso con un pie malo, pero cualquier señora pelimorada se cae y se quiebra tres huesos, y esa si que llama abogados, hasta llamara a De La Espriella que quedo desempleado tras lo de DMG (ese personaje me encanta).

Por eso yo, desde mi caida, voy a hacer una campaña por los derechos de los discapacitados, asi parezca guerra perdida: contra los charcos que no se ven en espacios lisos, contra señores de camionetas blindadas que ocupan espacios de parqueo de discapacitados, contra imbeciles que caminan sin mirar por ahi. Asi sea pegandoles un grito, porque hoy que lo vivi, me di cuenta de que apesta.

No voy a demandar ni payasear, como muchos lo harian (aunque si fuera en USA lo pensaria dos veces, ademas ya tendria abogado, llegan antes de uno tocar el piso), sino aprender a respetar y ayudar a los que tienen problemas de movilidad, a ser mas considerado, y a joder, incluso por un charco en un centro comercial. Y espero no usar muletas nunca mas.

3 comentarios:

Doctor Peyote dijo...

Que grande Arias, gran relato.

Claudia Arias dijo...

Una experiencia difícil, que da rabia, pero que enseña como nada. Tengo un conocido que tras sufrir una gran lesión (permanente, aunque se ha recuperado mucho), se dedicó a luchar por los derechos de los discapacitados y que habla mucho de esto que tu mencionas. Puedes visitar: http://www.colombiaaccesible.com/

Jules dijo...

justo ayer conversaba con un amigo d eso: él tiene q andar siempre en taxi y con contrato, porque cuando va a parar uno en la calle ninguno le para, o no lo ayudan porque se encartan con la silla, ayudarlo a cruzar por la calle, supuestamente donde hay acceso para discapacitados, y resulta que el andén está a 3 pulgadas del suelo y lo que hay es un caño para el agua en vez de una rampa. No puede andar en bus, la mayoría de edificios no son accesibles, etc.

y al final d cuentas, la señora pelimorada demanda, y al que despiden y le toca pagar toda esa plata es al misceláneo que no trapeó bien esa zona, el centro comercial bien gracias. Entonces, quedamos en las mismas.