domingo, 26 de febrero de 2012

Una peligrosa cerveza

Ayer después de estudiar todo el día salí con la flaca a tomarme algo. Normal, lo hacemos de vez en cuando para conversar y descansar de la rutina de un largo día. Tras de un par de vueltas y con ganas de ver el partido de nacional llegamos al conocido Parque Lleras de Medellín, a la misma tienda de Don Pacho, de quien soy cliente hace muchos años. Compramos un par de cervezas y nos sentamos en el parque a conversar, como toda la vida.

No habían pasado 5 minutos cuando se nos acerco un funcionario de espacio público, los amos absolutos del todo en Medellín, diciéndonos que nos teníamos que ir porque ahí no se podía tomar una cerveza. Con su actitud de nuevo jefe adquirida gracias a su chaqueta amarilla y radio, solo acertó a hacernos entender que si no nos íbamos, llamaría a los dos policías que conversaban con una vendedora para que hicieran cumplir la ley.

En una ciudad como Medellín que intenta ser turística y además está llena de problemas de seguridad, es un despropósito absoluto tener a la policía y a empleados públicos controlando quien se toma o no una cerveza en el Parque Lleras.
Una cuadra más abajo hay jibaros vendiendo heroína y extasis, y se vende trago sin estampillar, pero para eso si no hay policía. En el mismo parque puede verse prostitución, de mayores y NIÑAS, menores de edad, y no hay policía. En la presidenta, a dos cuadras, atracan al por mayor, y no hay policía. Pero claro, para dos estudiantes que toman cerveza, hay espacio público, policía y panfleto, tachándonos casi de criminales.


Todo el que sabe del negocio de bares y restaurantes conoce la razón. Los comerciantes grandes le pagan a los policías para que molesten a los clientes de las tiendas como la de pacho, que vende la cerveza en menos de 2000 para que todo se consuma en sus pretenciosos locales a más 5000.

La policía entonces se dedicará a parquearse en su moto en pleno parque a conversar con las vendedoras y los cuida carros para librar a los millonarios dueños de bares de peligrosos universitarios como la flaca y yo, mientras dejan pasar a los jibaros, las putas, los traqueteos y sicarios que si tienen con que ir a Triada. Gente de bien.

Decia Nicolás Gómez Dávila: “Las sociedades moribundas acumulan leyes como los moribundos remedios”

1 comentario:

Claudia Arias dijo...

El mismo problema desde hace varios años y ahora lo reviven, da rabia por lo que hablas de tantas necesidad de seguridad para que los policias se la pasen jodiendo por esto y tambien saber que detrás estan los grandes comerciantes.