jueves, 17 de abril de 2008

Mea Culpa: Cronica de una meada callejera

Los odio. Siempre los veo y me provoca matarlos. El tipo viene por la acera, depronto se va contra un poste en una jardinerita, y como si fuera el baño de la casa, deja fluir ese torrente de residuos en medio de la calle.

Me huele mal: odio esas calles que huelen a meados, que apestan con ese olor como de amoniaco seco y alcohol viejo. Detesto el charquito cuando subes por la acera y alguien acaba de cometer semejante inmoralidad. En conclusion, soy un enemigo de la gente que orina en la calle.

Normalmente son hombres, por obvias razones fisiologicas, pero tambien he visto mujeres detras de la puerta de un carro tras una tremenda borrachera en plena zona rosa. Me parece un atropeyo a todo.

Por otra parte, hoy tenia que ir a Pedregal, barrio del noroccidente de medellin, a cumplir varias horas en una cocina del SENA. Carente de plata por la rumba de ayer, sumamente enguayabado y con pocas horas de sueño encima entre a la cocina del sena de pedregal a las 12 del dia. Lo primero que le dije a Juan, el jefe de cocina, fue "Juan, estoy muy enguayabado". El trabajo fue intenso, casi 7 horas sin parar en la que por mis manos pasaron salpicones, papas, mazorcas, cargue platos, entre y sali de la bodega, camine, y trabaje como mula.

En un gesto solidario, creo que por cierta copincheria en el crimen, Juan se encargo de proveerme todo el dia de liquido, para aguantar el ritmo. Una cocacola pal parcero, un jugo pal parcero, aguita pal parcero. Sin eso, creo que hubiera defallecido.

25 salpicones, 80 mazorcas, 193 papas, 5 viajes con bandejas, varias limpiadas y varias cargadas de cosas despues, sali cerca de las 7PM del SENA pedregal. Desde alla, el centro se ve chiquito. Desde mi casa tambien, pero queda al otro lado de la ciudad. Tras una buena comida, sali en el bus 284 de transportes medellin rumbo al centro, lo que tomo cerca de 40 minutos. Como entre "por la de atras", solo habia gastado 1000 de los 2500 pesos que tenia de presupuesto para el regreso. Ni un peso mas en mis bolsillos.

En el centro, camine buscando el bus que me llevaria a casa. Sentia ya un poco de llamado de vejiga, pero el afan le gano al desague. Hay varios buses que pasan muy cerca a mi casa, otros pasan a unas cuadras, me importo poco, cogi el primero que decia poblado-parque.

Me sente atras, porque mis piernas no dan para las sillas de los buses colobianos por cuestion del promedio de altura. La cosa al sentarse atras es que el conductor pasa los policias acostados en dos fases: las ruedas de adelante, donde va el, pasan con una lentitud increible, y apenas el esta comodo, acelera y los que vamos atras pegamos tremendo brinco. Cada brinco de esos era un lamento de mi vejiga, cada vez peor en cada uno de los 20.000 policias acostados de la ruta, que nunca me habian parecido tantos.

Poco a poco llegamos al poblado, damos la vuelta al parque, subimos por la 10, y el bus voltea por el otro lado. Son unas 5 cuadras, no importa, me digo.

Me bajo despues del puente del tesoro, estoy que me estallo, me golpeo la rodilla al bajar. Camino rapido, esta cerca. Tanta hidratacion tambien termino siendo mala. Paso el puente, los carros vienen; son miles. Estoy de mal genio, me duelen la espalda, los pies, tengo la mano quemada. Llego a otro cruce, corro, los carros no pasan. Es ahi cuando pasa. En un separador, en medio de la hora pico, en una de las vias mas llenas de medellin, este humilde servidor se acerca a un poste, y deja fluir su torrente.

Puedo ver a la gente en los carros pensando "que bruto, que iguazo, por eso el pais esta como esta". Claro, yo tambien lo he pensado. Solo que jamas habia estado en los zapatos de un obrero cansado que no tiene como bajarse en un bar y pedir el baño, porque tiene apenas lo justo para el bus.

Los veo como un espejo, y me da pena, porque es muy facil juzgar de gas a ese tipo que va por la calle y orina, desde tu carro, con tu aire acondicionado, recien salido de tu oficina... pero hoy yo, y a dos cuadras de mi casa, me orine en la calle. MEA CULPA, pense. Aunque sin tanta culpa.

En medellin, ademas del metro, no hay un solo baño publico. Los problemas pueden ser culturales, lo se, pero hay que verlos desde el lado del que los sufre. Jamas juzgare de nuevo al obrero que se orina en la calle. Suelo ir en el carro para mi casa, el quiza no tenga ni para el pasaje.

5 comentarios:

Jules dijo...

Tiene sentido. Yo aprendí a tener compasión con los meones solo si son taxistas. Un taxista no tiene oficina, no tiene baño público, no hay paradero para cambiarle el agua al florero.

Pero sigo inclemente con los borrachos de cantina. Carajo. Use el puto baño d la cantina!

Federico Builes dijo...

Las calles que huelen a orin me dan cierta...tranquilidad, hacen sentir gente real en los alrededores...¿tendré problemas?

DianaCats dijo...

Pues la mayoría del tiempo no monto en carro sino en bus o metro, así que no estoy juzgando desde mi carro con aire acondicionado, ni recién salida de mi oficina (que no tengo, sería mi casa): a los hombres que orinan en la calle los deberían multar!! (a las mujeres también, pero la verdad nunca he visto a una en esas).

Y baños públicos he visto en el centro, ahí lo que habría es que coger valor para entrar a usarlos... en mi caso prefiero meterme a un Éxito, o pedir prestado uno.

Peter Gallego dijo...

Jajaja... no se sabe hasta que le toca a uno.

A mí me paso hace uno par de años. Venía de un coctel en honor a el dueño de la empresa donde trabajo. Iba de muy saco y corbata con un amigo, nos arrimaron a la estacióm Poblado, y más o menos en la estación Industriales ambos estabamos que nos desmayabamos de la ganas de orinar. En resumen y para no alargar en cuento nos tocó bajar nos del metro en la estación Prado a desocupar nuestras llenas vegijas. Esto a pesar de ir de vestido y corbata, ser las diez de la noche y dejar esperando a dos compañeras de trabajo que venían con nosotros mientras volvíamos a entra a la estación.

Sobra decir que no nos despidieron de beso.

Anónimo dijo...

Daniii definitivamente me encanta como escribes... siempre logras sacarme una sonrisa o una carcajada con cosas de la cotidianidad como esta. No puedo imaginarte a ti en esas pero comprendo la situacion desesperada. Espero saber de ti, hace mucho que no lo hago y veo que tu vida a tenido un cambio grande desde la ultima vez que hablamos. Te mando un beso y un abrazo grandes.