lunes, 8 de septiembre de 2008

T menos dos dias

En muchas partes he leido de lo de cierto laboratorio en Hawaii que, segun algunos cientificos, puede destruir el mundo. El laboratorio arranca en dos dias, y aunque me entusiasmaria pensar que el fin del mundo se acerca, me siento pesimista en este caso... en 3 dias no solo el mundo seguira en pie con todos los horrores que eso acarrea, sino que minimo los cientificos descubriran una nueva forma de destruir sistematicamente el planeta o de aumentar la brecha en el ingreso, o de monopolizar la produccion de energia electrica y reemplazar la hegemonia del petroleo con quien sabe que cosa horrenda.

Creo que el mundo no se va a acabar en dos dias. Creo que, desgraciadamente, sera solo un hito mas en la desastrosa historia de la ciencia llevada al extremo y manipulada por intereses economicos y politicos que al final repugnan a los mismos cientificos. Sin embargo, por falta de conocimiento de causa y porque este tema carece de todo mi interes, me puse a pensar, en caso de que algun dia tengamos la suerte de conocer la fecha exacta del fin del mundo, esto es lo que yo haria.

Lo primero es ir al mar. Me parece desastrosa la vision del apocalipsis en una ciudad, en ese caso no quisiera estar en NY ni nada por el estilo, saqueos, embotellamientos, carece de sensibilidad estetica ante la hermosa probabilidad. El fin del mundo debe esperarse en una playa, de la misma forma que se espera un atardecer, en una hamaca.

Obviamente no me quiero ir solos. Yo tengo elegida la persona con la que quisiera pasar el fin del mundo (si fuera mañana). Me la llevaria, porque la playa siempre ha sido nuestra. Hariamos el amor largas horas disfrutando los ultimos momentos de placer carnal que nuestros fragiles cuerpos nos puedan proveer. Me gustaria ver el fin del mundo en esos bracitos y oliendo ese pelo largo que el mar le encrespa.

Mi ultima cena seria langosta, o mariscos. Bourdain siempre pregunta eso en sus entrevistas y programas, y casi todo el mundo responde algo familiar, algo que los liga a sus raices, las galletas de la abuela, el estofado de mama, la sangria de un tio, el postre que hacia la empleada de la infancia. A mi algo visceral me liga a las langostas, culpa de mi hermana, y seria mi ultimo bocado.

Me despediria con buena musica. Me iria con una serie de mis canciones favoritas acompañadas por quien sabe, un Jack Daniel's (trago oficial de las debacles contemporaneas). Me iria con tangos, cun una que otra salsa, con el invierno de las cuatro estaciones de vivaldi, con algo de jazz, y cuando se pueda ver el agujero negro comiendose la indomable mar, pondria algo como What a Wonderfull World para irme con un ultimo trago y un ultimo beso, y me iria en paz.

¿De que sirve ese ejercicio teorico? de recordarme que es lo importante en la vida. El amor, la musica, la belleza, el sonido del mar, la risa de una mujer, y ser capaz de dormir tranquilo. No siempre se logra, a veces se nubla el panorama, pero en general, deberiamos estar mas enfocados en morir asi abrazados, que en comprar ferraris y ipods.

Creo que el mundo seria mejor si los cientificos en vez de estar en un laboratorio subterraneo en hawaii, salieran a esas hermosas playas, se tomaran un buen vino, y besaran a una hermosa mujer.

2 comentarios:

Peter Gallego dijo...

Excelente reflexión.

Ah, por cierto, el Large Hadron Collider (Gran Colisionador de Hadrones) no es que vaya a quedar en Hawai. Sólo fue allí donde pusieron esa denuncia. El 'acabador del mundo' esta ubicado cerca de Ginebra (en la frontera franco-suiza).

Un saludo (y ya me pasé por el blog de tu hermana ;)

Claudia Arias dijo...

Y es que pensar en el fin del mundo, o sencillamente en la muerte, definitivamente nos conecta con aquello verdaramente importante, lo cual también conviene leer al empezar un día para enfocarnos y no perder el impulso entre las obligaciones diarias.
Gracais además por tu publicidad nepotista no pagada y no olvides lo que te quiero. Claus