viernes, 24 de octubre de 2008

Martín y Daniel

Acabo de colgar con servicio al cliente de TIGO, esperando que nuevamente me quiten las publicidades por SMS. Ya fui claro: les dije que no me mandaran esos malditos mensajes asi sea porque me gane un ferrari o porque me van a dar los numeros ganadores del baloto. Una de las cosas que me gustan del celular es la "privacidad" que da, y nada peor que esos malditos mensajes que ademas ahora utilizan hasta la ultima letra para llenar tu inbox de basura.

Pero si de operadores celulares y quejas se tratara, el post seria infinito. Podria quejarme como usuario de todas, y podria ademas promoverse un debate sobre como estas compañias tratan a los clientes como basura y no tienen nada de vision social, o mil cosas mas, pero no es la idea. En medio de mi furia inducida por un SMS como de 100 palabras, llame a la linea de atencion al cliente (que ademas da mas de 2 minutos de propaganda antes de poder tan solo acceder al menu. Me contesto Martin.

Respire, anote el nombre del tipo, y le dije: Martin, ¿como estas? Tengo este problema. En ese decir "Martin" esta una de las sutiles diferencias que me dicen, en mis sistemas internos, que alguien es confiable o no. Despues Martin me paso a Daniel, quien tambien me atendio muy bien.

¿Como se llama la mesera que te sirvio el almuerzo? ¿El que te cuida el carro? ¿el viejito de la esquina? ¿la señora de los tintos? ¿la gente?

Aclaro: tengo pesima memoria para los nombres. De las frases que ma oigo en mi diario vivir es el indignado ¿como asi que no te acordas de mi? . Sin embargo, y lo doy como consejo, usen los nombres.

Es que nada odio yo mas que el "mi amor" o "corazon" que ofrecen las vendedoras del centro, me parece pasado de confianzudo. Pero tambien me provoca darle un puño a mucho snob del parque lleras que llama a la mesera "mi amor" o "corazon". Es que yo llego a un restaurante, a un bar, a una linea de servicio al cliente, a una papeleria, y pregunto el nombre de quien me atiende. No hay mi amor que valga, hola Natalia, hola Mario, hola Francisco, hola Leonardo.

El que me cuida el carro se llama Leonardo. Tantos años parqueandolo y hablando pendejadas, ya cambie el tradiconal Leo, por el cariñoso Lion (El Láion). Los porteros de mi unidad son Alberto, Freddy y Jose. Asi no lo conozca, al desprevenido mesero de matrimonio le pido el nombre primero, asi no soy el imbecil que aplaude o levanta la mano para llamalo, sino que simplemente lo llamo por su nombre (aplica para cualquier evento con mesero, no solo matrimonios). Tambien a las cajeras de Consumo o Carulla.

Lo digo porque cualquier persona que trata mal a alguien que no le ha hecho nada y que intenta servirle, merece un curso de resocializacion. Casos como el de la Señora Patricia son increibles. Llamar a la gente por su nombre es un primer paso de cortesia, y no cuesta nada aprenderlo, asi sea por los pocos minutos que hable con Martín y Daniel.

Al que trata mal a un mesero, a una cajera, a un cuidacarros, no lo considero muy de fiar. Me parece como despota, como patan, como creido. Haga usted el intento, esta semana digase "voy a llamar a la gente por el nombre" y veran como magicamente las voces detras de los telefonos se vuelven mas calidas, la comida llega mas rapido, los tragos llegan mas cargados y el carro no aparece rayado... aaah, y dejas de oir ese "ahí le quedo cuidadito señor" y recibes a cambio un calido "ahi esta tu carro, Arias".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhh...vos escribís increíble!!

Anónimo dijo...

De acuerdo. Yo tampoco confío nadita en alguien así.

PD
Google todo lo sabe.